El paso a paso del FELIBICI
El domingo 28, cerca de las seis de la tarde, y con el sol desapareciendo poco a poco comienzan a llegar a "El Patio" sus visitantes habituales. Pero este domingo es diferente, todos llegan con un objetivo un poco distinto.
En el segundo que pisas el Patio Cultural de la Biblioteca Mariño ya te podés dar cuenta un poco por donde va la mano. Detrás de una mesa de entrada, donde te reciben, se pueden ver las donaciones de los invitados, donaciones que sirven a modo de "entrada" al festival, pero es casi simbólico.
El festival solidario FELIBICI está celebrando su quinta edición y, al igual que los años pasados, tiene el objetivo de recaudar donaciones de alimentos no perecederos, ropa y algo de dinero, que será destinado a algunos de los comedores y merenderos de la ciudad de Corrientes. En esta oportunidad los destinatarios de estas donaciones fueron el merendero ubicado en el barrio Quinta Ferré "Todo por una sonrisa", y a "Corazón Contento", un comedor del barrio Patono.

Tal vez era por la flojera de domingo, pero el festival que se iba a desarrollar a las 15hs, comenzó a las 17, cuando los primeros visitantes empezaron a llegar. Entonces, mientras la tarde caía, el panorama dentro del Patio se vivía casi tranquilo, con la imagen de las pocas personas paseando entre los puestos artesanales que se ubican en el centro del espacio verde. Con la luz solar aún acariciando el lugar, se formó una fotografía llena de colores y buenas energías.
Entre puesto y puesto, llegamos al rincón más colorido sin dudas. En una esquina se acomodan los artistas con sus bastidores y comienzan con su trabajo. Cada una de esas pinturas estarán finalizadas al terminar la noche y tendrán un nuevo dueño, que será elegido por el azar a través de un sorteo. Impactante y adictivo, las personas no pueden separar sus ojos de los pinceles y sus trazos que van proyectando imágenes de acrílico en los fondo en blanco. Todos queremos uno, sin dudas.
Dentro de la sala estaba tocando el grupo Galácteos y la entrada, a diferencia de la cotidianidad de los domingos patieros, era libre y gratuita.
La grilla de presentaciones es extensa pero, por suerte la organización es impecable, por lo que entre grupo y grupo se genera un intercambio de escenarios entre el del interior de la sala y el que se ubica en el espacio verde del Patio.
Cuando la oscuridad cubre todo y las luces se encienden, el ambiente se vuelve mucho más festivo. Las gente sigue llegando, se sonríen y disfrutan de las actuaciones solidarias de cada uno de sus grupos favoritos. Entre el calor de la gente y los abrigos tradicionales de una noche otoñal, el festival llega a su apogeo.
En el Patio se proyecta un aire diferente e interesante, pero para sentir el aura solidaria al 100% necesitamos saber un poco sobre cuál es la esencia del FELIBCI. Nico Silva, uno de los organizadores de esta movida, cuenta que este festival es "un lugar de expresión que ayuda a los barrios más carenciados".

Para cumplir estas metas, El Patio cumple con un papel importante ya que "es el lugar indicado para hacerlo porque conviven muchísimas expresiones culturales. Es un lugar donde nosotros convivimos siempre".
Y entonces, dándole un tinte emotivo emotivo a la noche, Nico se anima a contarnos cómo percibe de manera personal todo el desarrollo y el concepto del festival FELIBICI "es un espacio para crecer, para fortalecer relaciones, para encontrarse a uno mismo, y para ayudar".
Casi finalizando la noche, algo interesante ocurre. Comienza la presentación de "Lo que venga", grupo de improvisación teatral, generando que todos los concurrentes al evento se acerquen al escenario exterior para presencian el acto. Las risas llenan el aire y la admiración es inmensa. Es impactante la forma en la que los protagonistas se mueven por la tarima, sin vergüenza y con los rostros llenos de disfrute.
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