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Nuevas Tecnologías: tierra de posibilidades y un positivismo cegador

El paso de los años, los avances de la sociedad, la aparición de las tecnologías y las posibilidades que estas ofrecen, marcaron un camino de cambios en los ámbito de la comunicación, la ciencia y la vida ciudadana.


Como buenos optimistas relacionamos la palabra avance con la definición de “mejoramiento” a nivel social. Imaginamos cambios futuristas, proyectamos con ellos la resolución de todos nuestros problemas y esperamos, pacientes y esperanzados, a que todo suceda.

Y de cierto modo, dando un giro radical, la vida social sí se vio modificada para bien. Las nuevas tecnologías de hoy abren un terreno inmenso donde las sociedades pueden desarrollar sus posibilidades en las áreas tecnológicas. Se generan varios frentes, en cuanto a utilización de la nueva inmediatez virtual se trata, partiendo por ejemplo de la creación de “identidades” individuales de cada ciudadano que se vuelve usuario de la red y tiene la posibilidad de cambiar esa imagen virtual a su antojo.

Entonces, luego de que estos usuarios estrenan sus nuevas figuras a través del medio tecnológico, descubren un amplio panorama de oportunidades a nivel de interacción. Las tecnologías ofrecen canales de comunicación, no sólo con las personas más próximas sino con los habitantes de cualquier punto alejado del mundo, siempre y cuando también sea un usuario de la red. A su vez se les presenta la posibilidad de participar en los medios de comunicación, siempre impenetrables y unidireccionales, que finalmente se vieron obligados a abrir sus comunicaciones al mundo web y permitir la participación de usuarios que, a partir de surgimiento tecnológico, reciben el beneficio de  incidir en las publicaciones y temas difundidos por estos medios.

El conflicto entre todos estos privilegios y la vida ciudadana radica en la forma en que todas estas “oportunidades” de interacción nos absorben y convierten en dependientes de estos medios para comunicarnos, viéndonos adictos a ellos, incapaces de desarrollar fuertes vínculos de intercambio social real.

Dentro de estas infinitas posibilidades tecnológicas también se abre un nuevo mundo socio-económico donde las redes y los portales se vuelven canales de comercialización de bienes y servicios de ciudadanos emprendedores. Se comercializan productos, información y hasta conceptos de vida que se difunden, principalmente, a través de figuras de interés público, denominadas influencers.

En cuanto al periodismo y los medios masivos de comunicación podemos ver que, a largo plazo, la revolución tecnológica ha beneficiado ampliamente a las comunidades permitiéndoles tener conocimiento sobre hechos mundiales a través de los medios: gigantes empresariales que se vieron potenciados por la aparición de la red.

En conjunto con los avances de la tecnología, aparecen también los avances en la forma de hacer periodismo. Los medios masivos de comunicación deben ampliar sus planes de estrategias e  implementar nuevos recursos que les permitan seguir siendo consumido por el ciudadano por encima de otros medios. Es aquí donde las fronteras se abren y comienza la utilización de factores como los elementos audiovisuales, la información entretenida y dinámica, y los datos coloridos que, en conjunto con lo demás, complementan a la noticia creando una publicación mucho más estética que permitirá generar un estímulo para los lectores.

En contrapartida aparece el Mobile Journalism, que es un fenómeno que deja de lado a los medios tradicionales, suplantándolos por un periodismo más “ciudadano”, que permite a la sociedad generar difusiones locales, más crudas y cercanas a la realidad. Esta disciplina va acompañada de los nuevos artefactos tecnológicos y todas las posibilidades que estos nos ofrecen.

Son, también, las redes sociales las que potencian este nuevo fenómeno de comunicación, empoderando a los usuarios y acelerando los procesos de difusión de información a los que se arraigaban los viejos medios tradicionales.

El avance tecnológico absorbió, en primera instancia, a las generaciones más jóvenes, dejando al margen a una gran porción de consumidores fieles de los medios más estructurados. Sin embargo, La utilización de medios digitales (o difusión digital de noticias) fue acaparando mayor cantidad de sectores de consumidores, obligando a los grandes medios -en un panorama dónde el comunicar se vuelve una competencia a matar o morir- a introducirse dentro de la comunicación móvil.

Pero a pesar de que los beneficios se pueden ver con claridad, hay avances perjudican enormemente a la realidad ciudadana de forma oculta.

Es posible ver, detrás de todas las posibilidades de mantenernos informados a través de los medios de comunicación, la oportunidad que a estos se les presenta para manipularnos a su antojo. Oportunidad que claro, no dejan pasar.

El Mobile Journalism, si bien permite mayor eficiencia, amplía el horizonte de destinatarios y hace más inmediata e instantánea la difusión de hechos, también puede suponer un arma de doble filo al prestarse a la manipulación y falsificación de información, dejándonos rodeados de noticias no verificadas y hasta falsas.

Somos consumidores de, lo que creemos,  es la verdad más pura y fiel, y trasmitida de forma transparente por estos medios comunicativos, sin reflexionar en cómo ellos pueden modificar esa realidad imponiéndonos cómo y sobre qué pensar y generando en nosotros el comportamiento deseado.

¿Es, entonces, un tiempo de avances esperanzadores y soluciones mágicas para las sociedades? En realidad, lo que vivimos es una etapa donde la tecnología permite a las grandes entidades ser el canal para una manipulación que logra convertirnos en una sociedad pasiva que no se manifiesta ante las injusticias que la golpean porque está cegada por el consumismo y la novedad en todas sus facetas.


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